Recompensa!!

Holaaaaaaaaa Gracias a todas las personas que siguen comentando, sé que me he quedado atrás con todo lo que tengo que publicar pero no hay manera de que mi mente se ponga a ello. No sé... creo que he estado tan estresada que ahora que tengo tiempo no logro centrarme en lo que quiero y tiendo a escribir pero no en lo que tengo, sino en lo que quiero. Así que por ello me hace falta en mis actus T.T Sin embargo, no dejo de escribir y por ello tengo una historia con cinco caps que iré dejando conforme vayan los comentarios!! Por el momento les dejaré un prólogo que espero les recompense si? Aunque sea un poquito!!!

Un abrazo♥

Prólogo

El cielo estaba pintado de un tono gris oscuro. Las nubes se movían lentamente, agrupándose para dejar caer las rudas gotas de agua. Las mujeres distendían las sombrillas y los hombres jalaban sus abrigos más cerca a sus cuerpos, tratando de darse calor. El aire golpeó con fuerza a todos los presentes, gemidos y gruñidos por el frío se escucharon en el fondo.

El padre hablaba lenta y metódicamente, para que todos escucharan con atención, las palabras de condolencia que daba a la familia y al mismo tiempo, querer dar conciencia a todos sobres sus acciones de un futuro. Cuando él pidió por la libertad de la pobre alma que ahora descansaba bajo más de dos metros de tierra. Que –según él– por sus arrebatos juveniles había terminado en los altos cielos.

No había necesidad de ser un genio para darse cuenta de que aunque las palabras del padre hablaban de perdón, muchos de los presentes nunca podrían perdonar al joven que con un gran futuro, descansaba ahora ahí.

Por lo menos, nadie creía que él, pudiera hacerlo.

Sus ojos verdes oliva se posaron en la lápida. “Querido, amado Terrence. Descansa en paz.”

Él no había pedido nada de ese dolor, pero ahí estaba. Parado a un lado del bulto de tierra, tratando de no tirarse sobre la tierra húmeda y rogar al cielo que se lo llevara también. Era muy seguro que sus padres no pensaban de la misma manera, ellos creían que era una lástima que muriera un buen partido para su hijo pero estaban muy seguros de encontrar pronto un reemplazo aceptable para sus estañares. No es que a él le importara, ni que fuera a unirse a otro cuando el hombre que amaba estaba enterrado junto a su corazón y cualquier esperanza de ser feliz.

Ellos podrían creerle dramático pero así es como se sentía, como si hubiera perdido mucho más que un simple prometido, perdió una parte importante de sí mismo.

Él nunca podría ser el de siempre, no quería vivir sin él. No quería tener la vida que se suponía debía compartir con ese chico. Ese chico de fáciles sonrisas, de impecable cabello y de suaves labios. Él no iba a poder vivir sin verse a través de sus ojos, sin poder ver el amor reflejado en sus orbes color marrón.

La madre de Terrence apretó la mano de Dorian con fuerza, dándole apoyo pero más que nada, tomando consuelo. Él, que de los dos, había sido el único en sobrevivir, que pesé a que ambos estuvieron en el mismo auto, solo había resultado con un brazo escayolado y una conmoción que no evito que estuviera ahí. Era admirable que la mujer pudiera tomar consuelo en Dorian cuando este sentía la culpa consumiéndolo por haber sobrevivido, por ello tenía que estar al lado de la madre de Terry, no importaba cuanto le dolía ver el féretro. Había tenido que obligar y gritar para obtener el permiso de ir, nunca se hubiera perdonado faltar a ese momento tan duro, mucho menos no apoyar a la mujer que había adorado a su niño.

Sintió la presión de la delgada mano, apretando el anillo que había obtenido tres días antes, cuando finalmente su prometido le había propuesto, sin la introducción de sus padres, que se casara con él. Este día, el mismo en que era enterrado tras el trágico accidente, era el supuesto día en el que se fugarían para casarse. Era tan doloroso, su pecho se apretaba con el recuerdo de sus últimas palabras, su sonrisa y el deseo de estar juntos por toda su vida.

Había sido arrancado cruelmente.

Sus ojos se fijaron en la tierra a sus pies, no podía entender aun lo que estaba pasando, como de la noche a la mañana alguien podía estar muerto. Como es que termino estando solo, cuando ese día de San Valentine, iba a estar en los brazos de su esposo.

El padre dio su última bendición, dando paso a que las personas pudieran dejar las rosas sobre la tierra. Que la madre pudiera llorar y resoplar contra el pecho de su esposo. Cuando la pobre y destrozada mujer lo soltó, caminó en dirección contraria a la tumba, alejándose de los gritos, del llanto y más que nada, alejándose del chico que lo fue todo, de lo que pudo haber sido.

Sus padres gritaban a su espalda, pero no importaba. Ellos debían entender que no solo habían perdido un prometido adecuado para su hijo, habían perdido a su hijo, porque él nunca sería el mismo.

Se apoyó contra un árbol en lo alto de una pequeña colina, lo suficiente lejos, pero aun visible de donde estaba ahora descansando Terry. Su primer amor, la única persona que lo conocía hasta lo más remoto y que se había ido dejándolo destrozado.

Lagrimas caían por sus mejillas, se enderezo en el árbol y dejo que un grito saliera de sus labios cuando la realidad lo golpeo, lo había perdido, Terry lo había dejado. Se dejó caer al suelo, viendo la tumba de lejos, viendo lo único que había quedado de su amor. Gotas frías de lluvia empezaron a caer, haciendo que la gente se moviera y corriera alejándose del dolor de la madre.

Él estaba solo.

Terry se había ido.

No deseaba estar vivo.