¡Hola! Feliz fin de año, espero que este 2018 les traiga muchas bendiciones. Les deseo que todo aquello que fue malo en este año, puedan superarlo, también que las cosas buenas se multipliquen.
Este año para mi persona fue... ufff... todo un caso. Desde mi salud poniéndose en mi contra -lo usual-, hasta mi abuelito materno en crisis -está estable, pero su estado es delicado-. Mi mami se fracturo su mano y cayó de las escaleras, mi hermana tuvo un ataque de hipertensión en un bus y tuve que buscarla -el peor susto de mí vida-. Fue un año difícil, un año que no quiero repetir, pero al mismo tiempo tengo mucho que agradecer. Mi mami estabilizo su azúcar, mi hermana tiene medicamento y mi abuelito sigue con nosotros.
Muchas alegrías.
Muchas tristezas.
Sentimientos que no puedo explicar, pero agradezco.
Me hace feliz el ver como el blog y mi -algo torcida- carrera como escritora, va cumpliendo un año más.
Sé que muchos de ustedes esperan el GRAN regalo -estoy segura- y, este vendrá el 6 de enero como regalo de los reyes magos (Eso significa que deben estar atentos ehhhh). Está serie ha crecido mucho y me hace feliz saber cuantas personas lo esperan año tras año, está entre mis metas traerles a mediados de años noticias sobre las series derivadas (crucen los dedos).
Bueno, no diré más. Solo que este año esperen verme mucho por el blog, pues tendré días libres de la universidad (mi último año).
No queda más que desearles felicidad y dejarles un pequeño regalo que espero les guste.
¡Feliz año nuevo!
Sean felices.
Un gran abrazo :)
Junio 2015
Las
cosas siempre han sido difíciles entre nosotros, eso lo tengo claro y no creo
que podamos arreglarlo en este momento. Somos tan diferentes, complicados y
testarudos. Tan llenos de sentimientos y tan vacíos de entendimiento. Quiero
creer que nos amamos, pero en este momento, no es suficiente. Tengo que
alejarme antes de que las cosas se pongan peor, antes que te hiera o me hieras,
antes de que ese amor se vuelva odio.
Por
favor, entiende.
Te
amo, siempre tuyo
Alex
La primera carta fue la más
dolorosa.
Había tanto sentimiento en todo
lo que decía y en lo que no le había dicho. Lo que estaba implícito, porque el
“ellos” venía con una carga imposible de borrar, sin importar cuanto lo
intentasen. Familia y amigos, algunos en contra y otros a favor, al inicio todo
había sido una locura. Ellos solo lo convirtieron en una guerra, que al final
se supone habían ganado cuando se mudaron juntos.
Era claro que no ganaron del
todo.
Encontrarla en su buró mientras
gritaba su nombre, esperando que viniera a saludarle y lo mirarse con reproche en
silencio, como cada vez que tenían una pelea. No pudo contactarle por una
semana, ninguno de sus amigos cercanos le decía una palabra sobre su paradero,
no paró de buscarle, tampoco de llamarle o mandarle mensajes. Nunca le
contestó, en ese momento creyó haberle perdido.
Regresó quince días después.
—Necesitaba tiempo para poder
poner todo en perspectiva —dijo mientras se dejaba abrazar.
Su rostro desmejorado, oscuras
ojeras que hacían juego con las suyas. Una apariencia desarreglada, ambos eran
un caos. Sostenerlo entre sus brazos fue como volver a respirar luego de
habérselo privado por demasiado tiempo.
—No vuelvas a hacer eso,
Alexander, no puedo perderte… no soporto la idea de que… —Guardó silencio
sosteniéndolo entre sus brazos.
Las maletas en el suelo, un
ramo de margaritas apenas se mantenía en la mano derecha de Alexander mientras
sostenía a su novio. El mismo que en silencio restregaba un par de lágrimas
contra el borde de su camisa, respirando su aroma, absorbiendo su calor.
—Lo siento, Lucas, nunca
pretendía hacerte daño… solo… no podía soportar seguir discutiendo por la misma
cosa, pero me di cuenta de que no puedo… —negó con su rostro entristecido—. Me
duele, no quiero estar lejos de ti.
Noviembre
2017
Es
una locura, no puedes dejar todo para estar conmigo, no quiero y no voy a
dejarte hacerlo. Sé que cuando veas está carta vas a pensar lo peor -no es algo
malo, no lo creas, hemos superado muchas cosas-, quiero que te mantengas
tranquilo, que entiendas que hay cosas que puedes sacrificar y cosas que no. Yo
puedo pedir que mi traslado sea para el próximo año, cuando tú madre este
mejor, cuando las cosas estén asentadas entre nosotros. Cuando el amor de ambos
sea lo suficiente fuerte para soportar todas las pruebas, ahora no es ese
momento.
Regreso
en la tarde, iré a hablar con el director.
Traeré la cena.
Te amo. No te enojes, solo…
entiende.
Te amo, Lucas. (Si, dos veces,
porque no puedo dejar de decirlo o escribirlo).
Tuyo, Alex.
Lucas miró la pequeña carta, no
más de la mitad de una hoja del cuaderno que usaban para anotar las comprar de
la semana. No iba a decir que no se había asustado al verla solitaria en el
centro de la mesa del comedor, tampoco, que al ver su pequeño apartamento tan
solitario pensó lo peor. Pero Alexander le conocía, no eran los mismos novios
de cinco meses que habían hecho un caos cuando no pudieron detenerse a hablar
sus problemas. Ahora, con dos años de noviazgo, las cosas habían cambiado.
Ellos habían madurado, seguían manteniendo ese calor al verse, esa necesidad de
mandarse mensajes a cada poco para saber del otro, las risas secretas y los
besos robados.
Aunque las cartas seguían
apareciendo de vez en vez, porque Alexander era un romántico -esas cartas
solían estar en hojas colores pastel, bañadas en su loción favorita-. También
había cartas de perdón, cartas de cumpleaños o cartas diciendo lo que le
molestaba. El vivir con un escritor, con alguien que necesitaba poner en
escrito sus sentimientos, era algo que no podía explicar.
Le encantaba, aunque algunas
veces le asustaba.
El ver sus ojos verdes llenos
de melancolía o una extrema alegría, era algo incomparable, así como verlo al
borde de la pación cuando lo sostenía entre sus brazos. El tenerlo a su lado
era tan poderoso como doloroso, sus sentimientos siempre estaban a flor de
piel.
Además, estaban los sacrificios
-aunque a Alex no le gustaba llamarles de esa manera-, que había hecho para
estar a su lado. El renunciar para irse al extranjero con una media beca para
hacer su maestría o no ir con sus padres para la navidad porque Lucas le
necesitaba a su lado. Ambos hacían sacrificios, pero Lucas sentía que algunas
veces Alex era quien más se sacrificaba.
Cosa que no podía decirle sin
recibir un buen golpe.
Alex aseguraba que ambos
estaban trabajando para hacer de su relación algo especial y duradero. Lucas lo
intentaba, era algo complicado para él, que toda su vida había sido de los
hombres que prefería tener un amorío a una relación real, hasta que conoció a
Alex, entonces las cosas habían cambiado.
Todo había cambiado para mejor.
Puede que ambos estuvieran
cerca de los treinta, pero algunas veces tenían actitudes de adolescentes. Su
madre le decía que eso era lo que hacía su relación tan especial, tan única.
En realidad, eso era lo que le
hacía tan feliz.
24
de diciembre 2017
Estacionó fuera del edificio de
apartamentos. Pegó su frente contra el timón, algunos días realmente odiaba ser
abogado, principalmente por tener que estar haciendo diligencias a última hora.
Pero más que nada, odiaba estar entre dos padres peleando por un niño pequeño,
el tener que llevarle con los de trabajo social. Era navidad. Cómo los padres
no se daban cuenta del daño que le estaban haciendo a su hijo, el oírlos
gritarse amenazas de muerte o maldecir su existencia, esa era la razón por la
que no debían reproducirse.
Si no querían al niño…
Negó para sí mismo. No iba a
llevar el pesimismo a su casa, mucho menos a su cama. Su novio había estado
desde la mañana preparando la cena de Nochebuena y no era justo que fuera a
arruinarlo.
El toque a su ventana lo hizo
enderezarse, miró con algo de sorpresa la figura encorvada de una alegre Eliza
-su prima-, mirándole fijamente, hasta que entendió que debía bajarse.
—¡Eli! ¿Qué haces aquí?
—preguntó abrazándola. Ella se encorvó para poder abrazarlo con fuerza.
Era al menos quince centímetros
más alta que él, con sus ojos casi negros y su largo cabello marrón se miraba
relajada con jeans y un sudadero, tan diferente a su acostumbrado traje de
chef.
—El dulce hombre que ha
decidido que mereces la pena —comentó mirándole con reproche—, me invitó, así
como al resto de la familia. Debo advertir que tu querido loft de soltero se
encuentra lleno de gente.
Lucas hizo una mueca de
incertidumbre, ahora entendía porqué Alex le dijo que iba a pasar todo el día
cocinando. Incluso había contratado un servicio de comida para que le ayudará
con algunas cosas.
Había hecho una gran fiesta.
Sin decirle, aunque eso no era una novedad, Alex era un hombre de familia. Lo
curioso es que Lucas era de ambos, quien más familia tenía y el más frío de los
dos. Sus padres finalmente se habían dado cuenta de que tener a Alex en su vida
iba a ser de apoyo para ellos.
—Yo… —dudó y luego logró una
sonrisa nerviosa—. Me alegro, he tenido un mal día y estoy sucio, pero estaré
feliz de pasar la media noche con todos —comentó tomando su mochila del asiento
trasero, cerró la puerta y caminó con su prima al lado.
Ella bufó sin creerle del todo.
No quería sonar como un
amargado, por lo que mentir a medias no era tan malo, esperaba. Quería a su
familia, pero algunas veces solo quería pasar tiempo con Alex, sostenerlo
mientras hacían el amor.
Eli le quitó la mochila cuando
estuvieron en la entrada.
—Hey yo… —se quejó, pero ella
rodó los ojos.
—Shhhh —le tendió un sobre
haciendo que él lo tomara con sorpresa, solo había una persona que le mandaba
cartas. Su prima se rio entre dientes. —Tu novio, dijo que habló con Edna -tu
secretaria-, ella le dijo que habías tenido un mal día… bueno, yo he cumplido
con mi parte, te veo al rato.
Se fue palmeando su hombro y
guiñándole un ojo, sintiendo que sus mejillas se sonrojaron, pero lo ignoró
para ver el sobre con el diseño de un reno al frente. Lo abrió y sonrió al ver
la carta.
Sin pensarlo entró apresurado
al edificio para tomar el ascensor, poco le importo la risa de su prima o el
murmuro de un par de vecinas que pasaron a su lado. Se removió en sus pies
hasta que llegó al ático, eran solo tres pisos, pero se sintió como una
eternidad cuando las puertas se abrieron.
Luces de colores, una mesa con
la cena para dos. Pero más importante, su hermoso hombre vestido casual con su
camisa blanca abierta, en jeans negros con sus pies descalzos.
—Hey, parece que mi abogado
tuvo en mal día… tal vez puedo arreglarlo.
Corrió hasta que pudo tenerlo
entre sus brazos, ambos se rieron mientras se sostenían. Sus frentes chocaron y
sus miradas se encontraron.
—Feliz navidad, Lucas.
Lo beso, un beso de piquito. Un
beso que poco mostraba lo feliz que era por tenerlo a su lado, pero estaba
seguro de que para Alex era una muestra de cariño que lo hacía feliz.
Ellos eran felices. Con subidas
y bajadas, con discusiones y tristezas. Pero de eso se trataba el estar
enamorado.
—Feliz navidad, mi amor.
Fin
Feliz 2018 un gran abrazo para ti sigue escribiendo tus historias son geniales.Con carño fabi
ResponderEliminarHola Celeste
ResponderEliminarFeliz año 2018. Me alegro que dentro de lo que cabe tu familia esté bien, y tu abuelito haya superado este bache. Te deseo que este año que recien comenzamos sea mucho mejor que el que dejamos atrás, que te traigas solo cosas buenas.
Gracias por el regalito que nos has dejado.
Besos
Gracias Celeste. Feliz año para ti y que esté lleno de venturas.
ResponderEliminarFeliz 2018 Cele, espero que al menos este año nos traiga más alegrías que el que dejamos, me alegro que aunque hayas tenido contratiempos en tu familia, todos sigan bien y que sea así por muchos años más.
ResponderEliminarMuchas gracias guapa por el regalo que nos has dejado, muchos besos!!!!
Me encanto!!!! Una única critica: Casi se me salen los ojos tratando de leer bien la carta a Papá Noel, letra muy chiquita :P
ResponderEliminarGracias por la historia.
Realmente te deseo de todo corazón un buen año, realmente el que termino ha sido duro para todos.
Un abrazo
Muchas gracias. Feliz año
ResponderEliminarFeliz Nuevo Año para ti.
ResponderEliminarCeleste, que te sea propicio y lleno de venturas.
Gracias por la sorpresita <3 !! ... Feliz año nuevo <3 , espero este año te traiga éxitos .
ResponderEliminarFeliz año nuevo para todos y gracias por el corto
ResponderEliminarFeliz año nuevo Celeste G., espero que este año esté lleno de bendiciones para ti
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