Prefacio
El mundo se había
vuelto un caos, más de lo que había sido cuando todo era relativamente normal. Lleno
de gritos, llanto, sangre y muerte. El mundo había sido transformado en un
campo minado, causado por los mismos hombres, quienes se creían con el poder
controlar cualquier virus. Incluso uno que habían creado con la intensión de
usar a sus muertos como soldados con resistencia sin límites.
Habían estado
equivocados.
Pronto los
“soldados” se volvieron en los asesinos del mundo, los depredadores y los
expansores del virus. Un rasguño, una mordedura o el simple contacto con la
sangre infectada era suficiente para contagiar. La intensión había sido dominar
a un país, obtener los terrenos y los minerales. Había sido un gran error, pues
no consideraron que estaban lidiando con algo impredecible y un simple error
podía causar muchas muertes.
Habían intentado ser
dioses, jugar con la vida y muerte. Ingenuos e ignorantes de lo que podían
causar, de las consecuencias que tendría un simple error humano.
Fue demasiado tarde
cuando se dieron cuenta de ello.
Ellos lo habían
sabido desde el primer momento, desde el instante que las alarmas resonaron por
toda la ciudad. A diferencia del resto que corría espantados, ellos mantenían
la calma mientras tomaban todo lo necesario. Se miraba de reojo cuando
escuchaban el sonido de vidrio rompiéndose o los gritos desgarradores de alguna
víctima.
No había nada que
pudieran hacer.
Cualquier que los
viera pensaría que estaban locos, cuando la realidad es que el mundo era una
locura. Ellos eran los únicos lo suficiente cuerdos para mantenerse en calma.
—Necesitamos más
armas —murmuró metiendo con sumo cuidado los viales con las muestras
recientes.
El otro hombre
asintió.
Había un claro
contraste entre ambos, uno vestido formal y con una bata de laboratorio;
lentes, demasiado alto y delgado, sin mencionar el porte intelectual. El otro
era unos buenos diez centímetros más bajo, pero su musculatura superaba la del
científico, así como las armas atadas a su cintura y sus ojos fríos listos para
lo que viniera. Su traje militar de camuflaje negro también era bastante
imponente.
—Debemos movernos,
Richard —dijo el bajo terminando de meter los suplementos necesarios en las
mochilas.
Richard asintió.
Puede que ambos estuvieran ligeramente tranquilos a comparación del resto, pero
notar el repentino silencio los hizo tensarse. Era momento de huir.
No había nada que
hacer en ese lugar.
—¿Tienes todo lo
necesario, Matt? —preguntó innecesariamente.
El hombre sonrió
con suficiencia, acercándose hasta tener al científico arrinconado contra una
de sus mesas de trabajo. Las mismas que habían sido usadas para crear esa
maldición que se estaba expandiendo por el planeta mientras ellos buscaban una
salida.
Richard estuvo a
punto de quejarse y reprenderlo por su ataque contra una de las mesas que
necesitaban estar libres de gérmenes, mucho menos ser usadas para algo tan
vulgar como lo que seguro pasaba por la mente de su compañero. Pero era una
perdida de tiempo, no volvería a trabajar en ese lugar, seguro el resto de sus
compañeros había escapado con su salvación entre sus brazos y su compañero simbiótico
a un lado.
Desvió la mirada al
moisés disfrazado de comando.
—Tengo todo listo,
como lo hizo el resto, nos sacaré de aquí y estaremos seguros —aseguro el
militar. Su respiración acariciando su cuello, sus rudas manos sosteniendo su
cintura en un firme agarre.
No era el momento,
podía sentir el peligro rondando cerca, sin embargo, no logró la fuerza
suficiente para alejarlo. De manera casi sumisa su cuerpo reconocía a su compañero y ellos apenas estaban pasando
la fase 1 del enlace. No podía imaginar cómo sería cuando llegaran a
completarlo, estaba seguro que eso era digno de ser investigado.
Pero tenía que ser
en otro momento y lugar, rodeados de las luces rojas de alarma y gritos, no lo
era.
—Entonces tenemos
que seguir —intentó sonar firme, pero sus palabras fueron más una súplica.
Los ojos negros de
Matt le vieron con interés, pero volvieron lentamente a su verde original.
Richard no se dejó engañar, sus palabras no habían causado algún cambio en ese
hombre -si podía llamarle de esa manera, ni siquiera creía poder llamarse así a
sí mismo-. Matt se había alejado por el balbuceo de su hijo, Richard caminó
detrás de él, ambos observaron al pequeño que se removía entre las suaves
sabanas.
La cura se
encontraba en ese pequeño ser, así como en los brazaletes que estaban
incrustados en sus muñecas. Ellos eran la muestra de que la humanidad podía
sobrevivir a ese apocalipsis, pero no sería lo mismo.
Nada podía serlo.
Sostuvo el moisés
contra su pecho, mientras su compañero tomaba todas las bolsas como si no
pesaran nada. Sus miradas se encontraron, respiró profundo y dio un paso detrás
de su protector. Matt sacó las armas radiactivas que habían creado para acabar
con los muertos vivientes. Salieron a paso lento del laboratorio, el mismo que
había creado el virus que ahora acababa con la humanidad, era el que tenía la
cura. Claro que pocos sabían de la existencia de esta.
Se movieron por los
pasillos destruidos.
Richard miraba todo
con frialdad, nada ganaba con traer los recuerdos pasados a su mente. Todo eso
se había acabado, sus superiores lo habían querido de esa manera. Solo que él y
sus amigos habían tenido un plan de refuerzo cuando las cosas se fueran de sus
manos.
El costo había sido
grande, bajó la mirada al pequeño ser. Esa vida había sido creada con parte de
sus genes y los de Matt, sin mencionar lo que sus seis compañeros y él tuvieron
que hacer para lograrlo.
Tragó con fuerza
cuando el primer muerto viviente se metió en su camino.
—Quédate atrás —le
gruñó Matt, lejos de ser el amable oficial al que había conocido un año atrás.
Lo miró,
manteniéndose lejos del posible peligro. Era impresionante, poniéndose uno a
uno con cada monstruo. La piel de los muertos estaba descompuesta, cayéndose a
pedazos con cada disparo, con cada arremetida de los puños de Matt. Una horda
de casi veinte se redujo a cero. Matt ni siquiera parecía estar sudando, sus
músculos se habían ensanchado, su cuerpo parecía deforme, pero eran sus ojos
los que en realidad mostraban lo diferente que eran al resto de víctimas.
—Tenemos que irnos
—dijo entre dientes, gruñidos más que palabras.
Richard asintió y
no dijo nada cuando lo vio tomar todas las bolsas como si nada hubiera pasado.
Su cuerpo seguía en esa… forma, lejos de ser un humano común y lejos de ser un
monstruo. Ellos habían jugado con el ADN del hombre, en realidad, habían jugado
a ser dioses y por suerte, habían terminado creando algo que no podían explicar,
pero que iba a salvarles.
Miró a su
alrededor.
Las calles
destruidas. Sangre, cuerpos que seguro en un par de horas estarían de nuevo en
pie. El sonido de armas detonándose, gritos lejanos. Sostuvo el moisés pegado a
su pecho, era parte de su culpa -era consciente de ello-, pero no había nada
que pudiera hacer para arreglarlo. Al menos, aún no.
—Debemos ir a
nuestro nido —gruñó Matt ayudándolo a subir a la parte trasera de la camioneta
que habían dejado sus compañeros de laboratorio para ellos.
—Es un lugar seguro
—intentó corregirlo, pero Matt lo ignoró.
Suspiró.
El auto se puso en
marcha. Se acomodó, cerrando los ojos ante tanta devastación. No había nada que
hacer, crearían la cura, restablecerían la paz. Pero nada sería lo mismo, miró
de reojo a su compañero -en más de un sentido- y luego a su hijo.
Su gobierno había
jugado con fuego y se había quemado. Ellos habían jugado con su ADN y habían
creado a un ser perfecto.
El caos solo era el
principio de algo hermoso.
Continuará...
¡Hola! Como se menciona en el audio/vídeo que les he compartido, esta es una de las obras que verán siendo actualizadas semanalmente. Está obra nació del regalo para mi querida Torturadora y la intensión era un shot de zombies xD Al final, decidí hacerlo más largo y eso es lo que irán viendo poco a poco ;D
Gracias a todos por seguir esperando, comentando y siguiéndome en mis redes.
Nos estamos leyendo,
saluditos :D
Es genial, una gran idea que estoy segura será un gran libro.
ResponderEliminarEso espero :D
EliminarPues como sea el resto como este comienzo, va a ser un libro maravilloso, muchos besos y gracias por volver de nuevo.
ResponderEliminarGracias por seguir aquí pese al tiempo ;D
EliminarAbrazos :3
Genial, esperaré por la próxima actualización.
ResponderEliminar:D
Eliminar¡Impresionante😲!
ResponderEliminarWow que comienzo , se ve que va a estar muy buena la historia Cele❤
¡Gracias x querer compartirla con nosotr@s😊!
P.D.; Perdon pero donde dice:
Metiendo con sumo cuidado los "vitales" con las muestras , no sonaria mas acorde la palabra "viales"?
Disculpa era solo eso que no me sonaba muy bien cuando lo leí , pero todo lo demas se ve genial y me dieron ganas de seguir leyendo!!!
Jajajaja
Besotes😘❤💋💋💋💋💋
¡Hola! Tienes razón... O.O no lo había notado, eso era lo que quería decir xD gracias, lo corregiré ;D
EliminarMe alegro que te gustase, el próximo fin de semana tendremos el primer capítulo ;)
Saluditos
Una nueva ilusión, a ver donde hasta llega.
EliminarGracias. Esperando más
ResponderEliminarGraciasporelnuevo libro
ResponderEliminarwow.. pinta genial!!
ResponderEliminarMuchas gracia , me encanta lo que e leido , deseando mas . Gracias y besos .
ResponderEliminarComo siempre emocionante, gracias Celeste!
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