Lágrimas de soledad -capítulo once-

¡Holaa! Aquí me tienen, aunque un día atrasado... Pero aquí me tienen. Estoy algo resfriada, algo cansada, pero pronto terminaré el año de la universidad... solo debemos tener paciencia ;) 
Les cuento que estoy inscrita en el NanoWrimo... por lo que voy a estar corriendo xD Me verán por acá, me verán por allá xD Este noviembre espero tener su apoyo :D 
Bueno, no digo más, les traigo... ¡drama! y mucho más drama por venir ;D
¡Espero se animen y comenten!
Nos estamos leyendo :)

Capítulo Once



Sus manos temblaban. Se sentía tan inquieto que casi podía pensar que era aquel joven, tonto e ingenuo, que creyó que tenía la oportunidad de volver a la vida que le había sido arrebatada.
Cerró los ojos con fuerza, apretó sus brazos a su alrededor. Se sentía perdido, demasiado solo, pese a que no lo estaba. Hace mucho que no lo había estado, obligado a tener esa vida sin siquiera ser consultado, era un príncipe con un sequito que esperaba sus órdenes. Su donador de esperma había planeado su vida en ese mundo, nunca le había importado su opinión, solo deseaba satisfacer sus deseos egoístas. El ser creía firmemente en haberle dado la dicha de tener un tiempo de vida común, cuando en realidad le había quitado de un tajo de la manera más cruel.
No es que pudiera esperar algo mejor, no después de conocerle.
Era un desalmado.
Un ser que no merecía ser llamado nada parecido a humano, tampoco era un animal. Era, algo tan simple pero tan escalofriante, un monstruo. Solo un monstruo podía hacerle a su hijo lo que hizo con él, era más que traerle a la fuerza a su mundo, era el hecho de hacer añicos su vida sin importarle nada. Sin una clase de compasión,
Para ese ser no existía tal palabra.
Había arruinado su vida, quitándole no solo la compañía de su madre y padre, sino al hombre más importante de su vida. Le había quitado la luz del sol, así como arrancado su corazón del pecho.
Ahora vivía con esa maldición de su existencia.
Podía sentir la madrugada amenazando el horizonte, pronto tendría que verificar que el lugar no fuera susceptible a los rayos del gran astro. Puede que no fuera a rostizarse como el resto de sus aliados, pero tendría una reacción bastante alérgica que le haría desear hacerse polvo como el resto. Quería pensar que poco le importaba, lo que deseaba era poder verle, verse reflejado en su mirada. Tanto tiempo había trascurrido desde la última vez que tuvo la dicha de contemplar su mirada, sostener sus manos y besar sus labios.
Los recuerdos eran tormentos matutinos, su poco sueño era perseguido por su sonrisa y sus dulces palabras. Por el deseo de estar juntos para siempre.
Tan jóvenes e ingenuos.
Ignorantes del mundo que les esperaba fuera de sus hogares, él había sido arrebatado como si se trata de una pertenencia. De hecho, lo era, para su creador, siempre había sido su objeto más preciado.
—Quiere verlos…
La mujer lobo repitió haciendo que el Alpha le mirase de reojo, el odio era claro en su mirada. Poco le importaba lo que el sujeto pensase de él o de lo que creyese iba a hacer por estar al lado de su compañero. El lobo no entendía que nada en el mundo lo detendría de verlo, había esperado tanto tiempo… Había derramado lágrimas de sangre por volver a tener la dicha de sostenerle entre sus brazos.
Finalmente era libre de su padre. Nada ni nadie iba a intervenir en su camino, había luchado diez años por tener la oportunidad ver los tristes ojos de su destinado. Un simple lobo que creía el joven humano era su compañero, no le importaba.
No permitiría que se lo arrebataran. No de nuevo.
—Cass… —murmuró el lobo con furia.
Ella bufó.
—Está herido, Alpha —dijo con un tono helado—. Voy a darle a mi paciente lo que desea, está delicado y lo que menos deseo es que sienta miedo de nosotros, que busque huir. —Suspiró. —Entiendo que estés molesto Nick, pero debes entenderlo… está asustado, pero de alguna manera quiere verlos… fue lo primero que preguntó.
Terrence miró al lobo de reojo. No conocía a un solo Shifter que pudiera resistirse a las palabras certeras de un beta, menos cuando este tenía razón. El hombre había mostrado tener poco sentido de líder cuando hizo el plan de secuestrar a su compañero, causar una guerra entre ellos y su aquelarre. Pero también había demostrado interés en sus compañeros de manada heridos, en los jóvenes que estaban ocultos y en aquellos que necesitaban ser protegidos. No es que eso le importase, era después de todo, un simple animal que había ideado un tonto plan para atraerle.
Era un dolor de cabeza. Era simple como eso.
—Voy a entrar —dijo atrayendo la atención de los dos lobos—. Puede ser porque ustedes me dejen o puedo hacerlo por mi cuenta, pero no hay manera de que deje de ver a mi compañero.
Las últimas palabras las había recalcado.
La idea de que compartieran compañero aún no le parecía posible, tampoco es que fuera a compartir a Dorian, no después de luchar tanto tiempo por tenerle a su lado. Poco le importaba lo que dijera el lobo, su compañero era la única razón por la que había soportado tanto sufrimiento.
El lobo tenía que aceptarlo, así tuviera que acabar con su existencia.


Podía sentirlos, era casi una presencia consciente en su mente. Podía sentir sus miradas, su preocupación. Su miedo. Era algo tan irreal, pero sabía que era cierto, estaba viviéndolo. Podía sentir a los dos hombres estar uno a cada lado de la cama, observándole. Esperando porque abriera los ojos y les hablase.
Por momentos deseaba seguir inconsciente, no haber pedido verlos. Pero había algo en su interior que necesitaba comprobar que estuvieran bien, que no se hubieran lastimado. Era una tontería, pero esa parecía ser el estado actual de su vida.
Una locura tras otra.
No lograba entender en qué había estado pensando cuando dijo que quería verlos, pero lo cierto es que sentía un ligero alivio al saberlos ahí junto a él.
Aunque había mucho que aclarar.
—No sé exactamente qué es lo que ha pasado —murmuró—. Solo… no entiendo como una simple conversación se volvió en una lucha de vida o muerte.
Ninguno de los dos habló. Sin duda no tenían valor para poder defenderse, no cuando era claro que eran los culpables.
Se quejó al removerse, buscando una posición cómoda para poder verlos. Los sintió tratando de acercarse para ayudarle, pero se negó con un movimiento brusco de su mano.
Entre abrió los ojos. Primero fijándose en Nicholas, el gran lobo tenía una expresión digna de grabar. Su rostro pálido, arrugas de preocupación acentuando su expresión. Ladeó la cabeza, era casi divertido que ese hombre hablase de paz y de “charlar” antes de que todo el asunto comenzara, pero fuera uno de los primeros en atacar.
Era risible, él un simple “humano”, tenía al gran lobo preocupado.
—Se supone que ambos son líderes, que entienden que poner a su “gente” en peligro es la última opción —dijo cortante.
Lo cierto es que esperaba más, lo que era ilógico pues apenas si conocía a Nicholas… el vampiro por otro lado…
Lo miró sintiéndose sin fuerzas, casi con deseo de volver a dormir. La verdad es que le dolía en el alma verlo. Porque era idéntico, podía ver a su viejo amor en ese rostro, ya sin la apariencia infantil cuando había partido, sino con el rostro angular de un hombre de veintiséis años. Pero su expresión era la misma, ese miedo que podía percibirse en sus pupilas, en la angustia de sus expresiones.
Le dolía tanto.
Tanto que no podía ser coherente, tampoco racional.
—Eres un maldito —murmuró para luego cerrar sus ojos con fuerza, negándose a dejar que sus lágrimas corrieran. —No tienes idea… no sabes cuánto… cuanto te odio en este momento.
—Dorian…
—¡No! —gritó.
Lágrimas se desbordaron por sus mejillas, sus ojos fulminaban al causante. Su costado le dolía, pero más era el dolor de su pecho.
—¡No quiero saber de ti! —exigió, volvió su atención a Nicholas, quien había dado un par de pasos para acercarse al vampiro y sacarlo. Pero en ese momento, para él, ambos eran culpables. —Los quiero a ambos fuera de mi vida… ¡Los quiero lejos!
Solo quería su triste vida de regreso.



—Qué es…
El vampiro contuvo el aliento, su mirada asombrada le miró de reojo.
—Le han declarado la guerra al ser equivocado —dijo con dientes apretados.
Se volvió para irse, necesitaba ir al lado de su príncipe, advertirle. Si los lobos creían que habían tenido una ardua lucha con ellos, no se imaginaban lo que estaba por venir.
Tenían que estar preparados.
Por culpa de los inconscientes lobos ahora ellos estaban en problemas.

Continuará...


10 comentarios:

  1. Más drama???? dios me voy a tirar con la caja de pañuelos todo el día a cuestas jajajajajaj, muchas gracias Cele por el nuevo capítulo, me ha encantado, mucho animo para terminar con bien la uni y tranquila que aquí seguiremos, miles de besos!!!!

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  2. Gracias por el capi interesante la historia ok kisses

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  3. Muchas gracias por el capi Celeste

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  4. Que bueno que los sacó a los dos, A ver si ya se
    enteró el papá del principe. 🤗

    Enma L.Samayoa

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  5. ¿ Mas drama aun ?

    Te digo que soy una persona muy sensible (llorona jajaja)
    y de seguro me llorare todo jajaja
    ¡¡¡ Muchísimas gracias x el nuevo capi !!!

    ¡ Mucha suerte en la Uni y en NanoWrimo !
    Besotes.

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