Holaaaaaaaaaaa que rápido pasa el tiempo, verdad? Uffff realmente creí que no volvería a publicar en varias semanas más, pues al parecer tengo un ligero problemita... creo que tengo fracturada mi muñeca izquierda y bueno... ha sido una odisea escribir, pero lento y con paciencia, lo he logrado.
El mayor reto fue postearlo aquí, pues con eso que tengo solo una mano... es horrible cuando quiero colocar los signos de exclamación.
Pero ya no seguiré quejandome, solo diré que pasare estas vacaciones escribiendo a paso lento pero seguro.
Espero disfruten su capítulo.
un abrazo♥
Capítulo 4
Nick respiró
profundo, ver a los ancianos moverse de un lado a otro demostrando sus nervios,
cosa que el Alpha prefería no sentir. Tenía suficiente con sus propios nervios
y estar sentado alrededor del hedor de los mayores no era de ayuda. Necesitaban
juntar sus mentes y calmar al resto de la Manada, no solo los suyos estaban en
peligro, sino cada ser humano que inconscientemente vivía en un pueblo rodeado
de shifters y vampiros listos para tener una guerra, donde caerían como carne
de cañón.
Era su
responsabilidad mantener a todos a salvo y joder, él iba a mantenerlos a salvo.
Incluso si eso significaba que tendría que sacrificar su paz y hacer una
alianza con un ser al que apenas conocía –solo de nombre-, y que de hecho
quería a SU pareja.
Lo último
era rebatible.
—Lo primero
sería hacer que el humano hable con su familia, no podemos llamar la atención
sobre nosotros antes de que el príncipe venga a buscarlo —dijo Allan Rogers.
Un hombre
metro ochenta, ojos marrones y piel aceituna, que estaba cubierto con una
túnica color vino así como el resto de sus compañeros ancianos. Su cabello
corto, casi al ras de su cabeza y un candado cubriendo su mandíbula cuadrada,
lo mostraba como un hombre tranquilo pero lo calculador en su expresión lo
desmentía.
Nick miró al
más joven de los ancianos.
Los ojos
marrones del hombre mostraban su calma, aunque tenía sus manos apretadas a sus
costados, mantenía su expresión tranquila. Siguió con su mirada a cada uno de
los seis lobos mayores. Cada uno había sido elegido al llegar a sus doscientos
años sirviendo como consejero de un Alpha, los ancianos eran hombres versados
en el arte de consejeros así como el de las guerras, su deber era guiar al
líder de la Manada. Una Manada tan grande que ocupaba la mayor parte de las
montañas haciendo de su territorio uno de los más grandes del estado, hacía que
tuviera un grupo de respetados ancianos del consejo.
Nick había
sido el responsable de elegir al último de ellos cuando heredó la Manada Calvet
de manos de su padre.
Desvió la
mirada y se fijo en las altas montañas que se alzaban serenas al fondo de la
ventana de la que era oficina. No importaba el tiempo que había pasado, él aún
estaba acostumbrándose a la posición de liderazgo que tenía, así como el
respeto que los ancianos mostraban manteniéndose lejos de su gran escritorio de
roble. Ellos podían tener mucha más experiencia pero un Alpha, uno tan grande y
con la herencia de su sangre pura, fácilmente podría acabar con ellos si
llegaba a enojarse lo suficiente.
No es que
Nick fuera un psicópata listo para morder, pero que ellos no lo tuvieran seguro
era lo mejor. Un líder tenía que demostrar tanto el lado bueno como el lado
malo, así nadie creería que podían fácilmente pasar sobre él.
Claro que no
había estado muy entusiasta cuando su padre decidió que era momento de
retirarse, tampoco cuando empezó a entrenarlo y se dispuso a irse dejándolo a
cargo de todo. La administración de la empresa familiar, las tierras protegidas
para correr y la guerra de territorio que tenían con los vampiros. Pero su
padre había asegurado que Nick podía encargarse, mientras él iba y disfrutaba
de un par de años lejos del estrés de su posición.
El maldito
viejo había salido huyendo después de la ceremonia y Nick no tenía idea de
dónde demonios se había marchado, incluso su madre se mantenía callada sobre su
paradero.
Ella sonreía
y se negaba a decirle a Nick donde estaba su padre. Marlene creía firmemente
que su hijo podía manejarlo todo y que no había razón de preocupar a su esposo.
Incluso si Nick estaba jalándose del cabello por mantenerlo todo en orden.
Sus padres
tenían una fie ciega en él, incluso cuando Nick sentía que no podía aguantar.
Se resistía a seguir insistiendo por el paradero de su padre, era el Alpha y
debía asumir el cargo sin ir corriendo a las piernas de sus padres. Por mucho
que el puesto estuviera causándole severos dolores de cabeza.
Respiró
profundo.
Escuchar a
los ancianos discutir sobre los pro y contra de darle la libertar a Dorian de
llamar a sus padres no ayudaba en nada a su dolor de cabeza, sin mencionar que
estaban acercándose peligrosamente al medio día, lo que les estaba quitando
horas antes de que todo se fuera al demonio.
—Voy a dejar
que llame a sus padres —interrumpió la diatriba de los más viejo contra los más
jóvenes. Los seis pares de ojos se volvieron hacía él. Nick ignoró las miradas
suspicaces de los tres más viejos. —No solo estamos valiéndonos de un humano
como carnada e incluso, lo tenemos encerrado, no podemos actuar como los
bárbaros que nos tildan ser, los vampiros. —Dejó salir el aire. —Él no tiene la
culpa de terminar en el medio de nuestra guerra.
Walter, el
mayor de los seis, dio un paso al frente. Los ojos azules vieron al Alpha con
un toque de molestia mientras se encontraba con la mirada del hombre más joven.
—Perdona que
lo diga, Alpha, pero no podemos permitirnos ser sentimentalistas con el humano.
—El resto de ancianos hicieron una mueca ante las palabras del hombre mayor. —Sé
que suena cruel –dijo al ver el rostro molesto de todos—. Nuestra gente depende
de este intercambio, de que todo salga bien, de lo contrario muchos pueden
perecer incluyendo entre ellos muchos humanos inocentes.
Nick lo
sabía y no necesitaba al viejo lobo diciéndolo. Eso no significaba que él
estuviera a favor de poner al humano como carne de cañón. Sus dientes
rechinaron ante la sola idea de entregar a Dorian a los vampiros. Entregar a su
mo shiorghrá hacía que su lobo
gruñera y deseará descuartizar a quien se atreviera a tocar a su humano. Pero
las cosas no eran tan simples como lo pensaba su otra mitad. Como el anciano
decía, todo un pueblo dependía de que lograse un intercambio con el príncipe.
Aunque
prefería amputarse un pie antes de entregar a Dorian, con el tiempo sobre sus
cabezas, no había mucho que pudiera hacer. Por más que su lobo gruñera y
amenazara, el momento en el que el príncipe viniera por su compañero estaba
acercándose peligrosamente.
Respiró
profundamente.
—Entiendo lo
que dicen, pero soy yo quien tiene la última palabra —dijo viendo uno a uno a
los ojos. Cada anciano bajo la mirada demostrando su respeto por su líder. —El
humano debe ser tratado con respeto, pedir su colaboración en esta situación ya
es un caso perdido pero incluso entonces me niego a obligarlo sin decirle en lo
que se está metiendo.
Los seis
hombres asintieron respetuosamente, mientras Nicholas miraba por la ventana.
Sus hombros tensos y su expresión cerrada.
El Alpha no
sería desafiado.
Por mucho
que Nick deseaba ceder su puesto en ese momento y sin rechistar, ese era su
deber, pero lo haría a su manera.
Dorian trató
de mantener la calma cuando le llevaron ropa y más comida, no miró a los
hombres ni se preguntó porque la hermana de Nicholas no había vuelto. Era evidente
que la mujer… -o lo que fuera-, no quería tener nada que ver con él. –Aunque
todavía no estaba seguro de creer en las palabras que había dicho Nicholas-.
Así era
mejor.
Los hombres
que había entrado, llevándole ropa y jabón, para que tomara una ducha, eran
grandes y era evidente que él no trataría de escapar de ellos. Podía ser un
golpe para su ego, pero no era lo suficiente vanidoso para creer que podía
contra dos hombres constituidos como bloques de cemento. Era un pediatra, no
había un solo hueso malicioso en él y pese que lo había intentado con la mujer…
no era lo mismo.
Nicholas
había dicho que no eran humanos.
Aunque no había dicho lo que eran y Dorian no podía encontrar manera de refutar
las palabras más que asegurando que el tipo estaba loco.
Sin embargo,
tomo la ropa y los elementos de limpieza y se encerró en el baño. Después de
sentirse más tranquilo intentaría con la comida. Sus ojos se movieron por el
pequeño espacio. Una regadera al fondo, un váter y un lavamanos en tono azul
marino. Las paredes en un bonito color azul bebé así como la cortina de la
regadera, no era muy grande, si mucho era de tres metros por cinco, la mitad
estaba ocupada por la regadera. Estaba limpio y aunque no podía confiar su
seguridad a la simple chapa de la puerta, los arañazos picaban y necesitaba
limpiarse.
Sacudirse y
despertarse para estar en sus cinco sentidos para cuando Nicholas apareciera
era necesario. Porque no iba a engañarse diciendo que no pasaría, cuando estaba
encerrado a esperas de ser una clase de intercambio en el que no quería pensar.
Tardo al
menos veinte minutos, lavándose hasta quedar limpio, además quitándose el
malestar del llanto que aún aturdía su mente. Sabía que no estaba en su mejor
momento pero se negaba a ser una víctima.
Se vistió dentro
del baño, incapaz de verse al espejo. Se sentía destrozado y no creía verse
mejor.
Encontró
loción de afeitar y, aunque no tenía una maquinilla de afeitar, lo uso para
limpiar las heridas. Hizo una mueca al sentir el escozor, pero sabía que eso
ayudaría a evitar una posible infección. Una de esas a las que era muy
susceptible.
Se sentía
mil veces mejor cuando salió del cuarto de baño.
Llevaba un
par de jeans negros prestados así como una playera celeste. Estaba agradecido
de que los bóxers estuvieran en su bolsa indicando que eran nuevos, un par de
calcetines oscuros y se puso de nuevo sus mocasines.
Dorian se
abstuvo de moverse alrededor de las cuatro paredes, se sentó en la cama y tomó
el emparedado con frituras que le habían llevado. Su mirada fija en el suelo. La
necesidad de ignorar todo lo que lo rodeaba era clara, no solo lo habían
raptado sino que Nicholas había hablado de vampiros.
Dorian se
negaba a darle valor a esas palabras.
Aunque eso
le dejaba con su actual problema. Donde no tenía idea de porque lo habían
raptado y qué pretendían hacer con él.
No mucho
después de que terminará su emparedado la manilla de la habitación se movió.
Dorian dejó el plato a su lado mientras su mirada examinaba al extraño entrando
por la puerta.
Una mujer.
Ojos marrones,
pelo rubio casi al ras de su cabeza y de pequeña constitución. La mujer
contempló a Dorian mientras se adentraba en la habitación. Vestía jeans, una
playera con el slogan de una banda de rock y cómodas sandalias.
Ella sonrió
rompiendo la tensión de la habitación.
—Hola, soy
Cassidy, me dicen Cass.
Dorian entrecerró
los ojos, no seguro de la razón por la que esa mujer estaba ahí.
—Dorian
—dijo simplemente.
Cass sonrió.
—Sé todo
acerca de usted Doctor Justice —su sonrisa casi parecía malvada mientras se
acercaba. Dorian retrocedió sintiéndose amenazado. —Creo que será de gran
ayuda.
Muchas gracias Cele, otro gran capítulo como siempre haces, cuídate mucho esa muñeca no sea que más tarde te de problemas, muchos besos y feliz semana santa guapa!!!
ResponderEliminarAdemás de disfrutar del relato te deseo que mejores y no nos prives del placer de leerte.
ResponderEliminarÁnimo guapa que mejores y escribas mucho.
Hola gracias celeste por el nuevo capi espero que mejore la muñeca pasa una linda semana besoss XD
ResponderEliminarEspero mejores <3
ResponderEliminarGracias por el capitulo y por tu esfuerzo
Muchas gracias Celeste por postrearnos el siguiente capítulo. Espero que te recuperes pronto y esa muñeca esté totalmente curada.
ResponderEliminarBesoss
Gracias por el capi esta muy interesante ok kisses
ResponderEliminarHola Celeste que mejore su muñeca. Sentimos su falta. e te deseo una feliz pascua.
ResponderEliminargracias por tu trabajo
ResponderEliminarHola Cele espero que te mejores pronto y muchas gracias por el capi cada una más interesante. Besos
ResponderEliminarHola Celeste, gracias por otro gran capítulo. Me quedé con ganas de más... Jalaja..te mando un beso grande y te ne cuidas mucho!!
ResponderEliminarHola Celeste, gracias por otro gran capítulo. Me quedé con ganas de más... Jalaja..te mando un beso grande y te ne cuidas mucho!!
ResponderEliminarMuchas gracias por el capitulo y el esfuerzo que has realizado para que podamos leerlo
ResponderEliminarHola Celeste gracias por el capitulo,espero que tu muñeca se encuentre mejor y ahora me dejaste intrigada quien es Cassidy :)
ResponderEliminargracias por el capitulo y esforzarte por escribir
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