Hola!!! Ha pasado bastante tiempo! Espero que estén bien! Bueno les cuento que una de las principales razones de mi desaparición es que me enferme bien feo, incluso ahora no estoy de todo bien, pero he aprovechado mi tiempo para escribir así que hoy tenemos capítulo y quiero contarles que...
En estas semanas les estaré trayendo información sobre el tercer libro de Dusha!! Varias me han estado preguntando cuando será su publicación y espero tenerles la fecha pronto :D
Además, contarles que estoy haciendo revisión de las novelas que publico aquí y que en estos días estaré subiendo una encuesta para que veamos cual de todas quieren acompañarme mientras edito.
Bueno creo que eso es todo, por el momento, pero pronto tendrán noticias mias ;D
Estoy de vacaciones por lo que estoy muyyy feliz xD
Un abrazo y nos estamos viendo ♥
Disfrútenlo
Capítulo 5
Dorian tiró
de los guantes, acomodándolos en sus muñecas. Su rostro carente de expresión,
pese a que tenía más de media docena de ojos sobre cada una de sus acciones.
Mantener una
expresión profesional había sido inculcado muy profundo en su mente desde la
escuela de medicina. No dejar que lo vieran nervioso o desconfiado, mucho menos
temeroso, nadie ganaría al ver a un doctor asustado.
Ahora más
que nunca necesitaba mantener su expresión neutra.
Cuando
Cassidy lo sacó de la habitación Dorian creyó que había llegado el momento de
ser maltratado o incluso, que iba a ser torturado para que dijera cualquier
cosa que supiera acerca de los negocios de sus padres. Grande fue su sorpresa
cuando fue conducido a lo que parecía ser una clínica, dentro de la misma casa.
Una gran casa, probablemente de más de treinta habitaciones, en parte de
ladrillo y madera.
La gran
habitación en forma rectangular, tenía alrededor de quince camas pegadas a la
ventana de forma ordenada. Una sección escondida detrás de cortinas para los
chequeos privados y una habitación con suplementos. Un escritorio al fondo, con
una camilla de revisión.
No entendía
porque esa mujer lo había llevado ahí, hasta el momento que había visto a la
pequeña personita entre las sabanas. Dorian nunca negaría tratamiento a nadie,
mucho menos a una pequeña creatura que rogaba con sus grandes ojos por ayuda.
Adoraba a
los niños, razón por la que había decidido ser pediatra y luego seguir con
cirugía infantil. Además, Terry había dicho que uno de los dos necesitaba ser
poder cuidar de los niños para cuando decidieran adoptar. Que uno de los dos
eligiera ser pediatra había sido una idea loca pero acertada. Claro que Terry
había odiado la sangre y no era bueno memorizando, todo lo contrario a él,
quien no tenía miedo en meter sus manos para ayudar. Así que ellos habían
decidido, Dorian sería pediatra y Terry, haría en lo que era mejor, tomar las
bellas fotografías y quedarse en casa para cuidar a sus futuros bebés.
Dorian había
logrado seguir con parte de aquel sueño, aunque no creía poder adoptar un niño
por sí mismo y seguir con la vida que habían planeado.
Respiró
profundo y se obligó a dejar de lado sus pensamientos tristes. No le servían de
nada en ese momento y la pequeña necesitaba su ayuda.
—Hola —dijo
viendo los grandes ojos marrones que le observaban con miedo. —Soy el doctor
Dorian —La mirada asustada hacía que el pequeño ceño se frunciera—. Me han
dicho que te sientes mal, ¿es eso cierto?
La pequeña
niña asintió lentamente, sus manitas fueron a su estómago.
—Duele.
Dorian
asintió, tomando el estetoscopio de su cuello. —No te preocupes, cariño. Yo me
encargare de ver que anda mal y pronto estarás jugando con tus amiguitos, ¿de
acuerdo?
Ella
asintió.
Dorian se
puso a revisarla con sumo cuidado, midiendo menos que el metro era evidente que
ella apenas había empezado hablar. Ella necesitaba un trató reverencial y él se
lo daría. Ignoró las voces temerosas de los familiares que le vigilaban,
mientras Cassidy parecía estar interesada en lo que hacía, aunque se mantuvo
fuera de su camino.
Cuando
terminó de hacer la revisión y sacar la sangre para hacer las pruebas, se giró
hacía donde estaban los padres preocupados.
De alguna
manera esa situación calmó sus nervios. Tratar con enfermos y padres era algo cotidiano,
algo que podía manejar sin exabruptos. Estaba era su vida cotidiana y aunque
estaba secuestrado por esas mismas personas, no había nada que alejara su mente
de su profesión cuando era necesario.
—Tiene una
ligera inflamación en su vientre, lo que está ocasionando tanto dolor y notó
que su temperatura está alta… —Miró a los padres con calma. —Creo que estamos
tratando con un apéndice inflamado… posiblemente necesita una extracción.
Los padres
respiraron pesadamente pero asintieron, mientras Cassidy parecía casi rebotando
de alegría. Ese momento no era para estar emocionados, menos cuando había
alguien sufriendo.
Aclaró su
voz.
—Necesita
ser trasladada al hospital más cercano antes de que la inflamación empeore, yo
puedo encargarme de la operación —frunció el ceño—, pero no tengo los
medicamentos adecuados.
Cassidy
intervino en ese momento, deteniéndose a su lado y palmeando su hombro de forma
amistosa.
—No hay
problema Doc —miró a los padres de la pequeña con una ligera sonrisa. —Ella
será trasladada de inmediato, tenemos un doctor en el hospital que se encargará
de todo. —Miró a Dorian con emoción—. Solo necesitaba de un doctor que
confirmará mis sospechas para enviarla a la ciudad.
Dorian
frunció el ceño, para nada complacido con la duda que habían tenido con la
atención de la pequeña. Ella debía ser trasladada desde que los malestares
comenzaron. Guardó silencio cuando vio el movimiento alrededor de la sala,
entre los familiares y otros hombres –grandes hombres-, movieron a la pequeña y
la trasladaron en una camilla rodante. Él había administrado algo para el dolor
y fiebre, por lo que no solo se quedó viendo hasta que la niña y familia
desapareció por las puertas dobles que daban a la salida para llevarla en lo
que parecía una ambulancia pequeña.
Ese lugar
era extraño, reflexionó.
Sus ojos
vagaron por los grandes ventanales, notando las cabañas cercanas, así como la
tierra rodeada de postes que parecía contener una clase de ganado. No podía ver
una gran parte por medio de los ventanales que rodeaban cada pared del gran
salón, pero podía notar que estaba en una clase de rancho familiar. Al menos
eso parecía ser. Frunció el ceño al ver pequeños cachorros corriendo alrededor
de la valla, mujeres con tinajas en sus cabezas iban detrás de ellos, hablando
y riendo. Casi parecía que se encontrase en un pueblo, si él no supiera que
esas personas lo habían secuestrado seguro creería que estaba ahí para tomar
unas merecidas vacaciones.
Pero ese no
era el caso.
—De hecho
somos bastante modernos, incluso cuando nos gusta la carne poco cocida y nos
volvemos peludos. —Dorian se volvió, enfrentando a la pequeña mujer que lo
había sacado de su cautiverio. —Puede que la ficción nos pinte como seres
violentos como nuestra contraparte, pero eso no significa que seamos menos
“humanos”.
Dorian
frunció el ceño y se cruzo de brazos. Ignoró todo lo que pasaba por las
ventanas, enfocándose en Cassidy. Ella parecía estar muy cómoda consigo misma,
apoyada contra el marco de la puerta que daba hacía el interior de la casa. De
donde Dorian había venido hasta quedarse en el salón, en primer momento
asustado, aunque ahora no creía poder no negarse cuando quisieran retornarlo a
la habitación. Este lugar le parecía mucho más relajante.
Aunque las
palabras de Cassidy no ayudaban.
—¿Peludos?
—preguntó suspirando. —Me vas a decir que tú también vas a tratar de hacerme
creer esto de que estoy en medio de una mala película de ficción.
Todo ese
asunto era demasiado para soportarlo solo porque sí. Restregó su rostro
mientras escuchaba la ligera risa de Cassidy, ella parecía divertida con su
frustración.
—Cualquiera
diría que has pensado mucho en ello Doc —se burló. Resopló —ninguna clase de
película puede decirte la verdad sobre nuestra especie, ya sea que lo creas o
no, te encuentras en el centro de una de las más grandes Manadas de lobos
Shifter del estado.
Dorian
entrecerró los ojos en dirección de Cassidy.
—¿Lo crea o
no? —se burló—. Ustedes me han traído en contra de mi voluntad, no solo eso,
sino que me han robado mi noche de luto. ¿Eso te parece hecho por personas
coherentes? —preguntó alzando la voz. Respiró profundo tratando de calmarse,
nunca había sido un hombre de perder los estribos, pero estaban exigiéndole
mucho en tan poco tiempo. —Quiero regresar a mi casa, a mi vida y olvidar que
me estoy en el medio de esta locura.
Cassidy bufó
con una media sonrisa, pero no parecía estar burlándose, más bien parecía
desanimada.
—Yo también
quisiera irme, Doc —dijo viéndolo con serenidad, aunque su rostro estaba en
blanco. —Pero nuestras vidas… el destino o como quiera llamarle, nos ha puesto
en este camino y no hay nada que podamos hacer.
Dorian quiso
replicar, pelear e incluso maldecirla. Nada de lo que había pasado en su vida
había sido provocado por el mentado destino, nadie le haría tanto daño, no
después de todo lo que había sufrido con la perdida de Terry. No creía que
alguien fuera tan cruel como para ponerle más trabas, tentando la poca cordura
que le quedaba, cuando apenas se mantenía en pie.
—El destino
no existe —murmuró volviendo su atención al ventanal.
Todo a su
alrededor lo había demostrado. Había perdido todo en un mal giro, una vida al
lado del hombre que lo era todo para él así como la vida y los ideales
compartidos. Ahora se encontraba secuestrado por una clase de culto que al
parecer requería de él para enfrentar algo… algo que no entendía.
No, el
destino no existía. Sin embargo, había algún ser divino quien creía su vidas
era un juguete para su entretenimiento.
—Cuanto
quisiera poder darte la razón, pero no es posible. —La respuesta no llegó desde
la suave voz femenina haciendo que Dorian se volviera con sorpresa.
Ocupando el
lugar donde antes había estado Cassidy, estaba Nicholas. Sus oscuros ojos
miraban a Dorian con un rastro de pesar que no se reflejaba en su posición de
brazos cruzados. El hombre era impresionante, pese a que Dorian se obligó a
pensar con reflexión, no podía evitar encontrarse con que le miraba con cierto
interés. Había pasado tanto tiempo… no era virgen, eso había sido tomado por
Terry, pero la fecha del aniversario de la muerte de su amor hacía que todo su
cuerpo se apagará.
Odiaba a
Nicholas por tenerle ahí, dudando de sus sentimientos. Haciéndolo sentirse…
sentirse descontrolado.
—¿Qué es lo
que quieres de mí? —preguntó viéndolo a los ojos. Nicholas se tensó ligeramente
ante su mirada agraviada pero por demás no demostró algo que delatará su poca
cordura.
Eso era lo
que más molestaba a Dorian, un hombre que no demostraba nada era mil veces más
peligroso que un gritón. Terry había sido muy callado y era este quien tenía
los mejores planes de escape de sus guardaespaldas, quien tenía los mejores
planes para fugarse y divertirse.
Se giró,
cerrando los ojos y negándose ver al hombre que le trastornaba su sentido
común, trayéndole viejos recuerdos que oprimían su pecho.
—Quisiera
que las cosas se hubieran dado de manera diferente —escuchó que decía mientras
sus pasos resonaban al acercarse. Se detuvo un par de pasos detrás de Dorian.
La presencia
en su espalda hizo que todo su cuerpo se tensará, Nicholas no le estaba tocando
pero podía sentir su presencia, su fuerte aroma masculino y algo más poderoso
que no lograba descifrar. Pero sentía. Negó con fuerza, el cosquilleo de
atracción le trajo un ligero calor a sus mejillas pero era un experto en
mantener sus emociones encerradas.
Él no era un
niño, no iba a huir de lo que estaba pasando.
Se volvió y
miró a Nicholas a los ojos.
—Desearía
que me hubieras dejado en mi luto, pero tú y tú grupo de gente extraña
invadieron mi privacidad. —Su tono fue plano, el de un doctor siendo inflexible
con un tratamiento. Él iba a ser claro, había perdido tiempo al lado de Terry y
ellos, quienes fueran, eran los culpables. —Así que lo que tengas que decir,
hazlo. Quiero terminar con esto y regresar a mi vida.
Nicholas dio
un seco asentimiento, sus ojos brillaron con cierta duda pero luego se
apartaron de los suyos.
—Podrás
hacer la llamada que pediste y luego tendremos que prepararnos para la llegada
del príncipe —suspiró—. Tengo que explicarte todo, lo mereces, pero para ello
necesito que tengas deseo de escucharme y creer en lo que te voy a decir.
Dorian dejó
salir el aire y restregó su rostro con frustración, sintió las ganas
incoherentes de gritar. Pero se obligó a respirar profundo, tener una pataleta
en ese momento estaba de más, no lograría nada y no quería ser obligado hacer
nada.
—Como
quieras —respondió viendo al hombre a los ojos—, no puedo prometerte nada.
Los pasos
silenciosos se movían casi a unisonó. La rapidez de su velocidad los hacía
imposibles de seguir para el ojo humano, pero ellos no lo eran. No mientras
formaban filas frente a su príncipe, quien se mostraba sereno al centro de la gran
cueva.
La luz del
sol estaba a cinco horas de caer, entonces ellos atacarían. Porque su príncipe
había esperado mucho por ese momento y ni siquiera un grupo de perros salvajes
iban a arrebatárselo.
Nadie se
metería en el camino de su salvador. No mientras hubiera soldados a su
disposición y un pueblo dispuesto a arriesgarse por su felicidad. Una felicidad
que sería de todos cuando el vínculo sagrado se formase y la paz volviera a
reinar entre su especie.
El elegante
hombre se movió frente a su guardia personal, los ojos grises vacíos de
expresión. Su cuerpo alargado cubierto de las mejores telas, mientras se movía
como una bestia enjaulada. Había pasado un infierno para llegar a ese momento,
esa fecha precisa, pero su miedo lo había hecho vacilar.
Pero no más.
Iba a
recuperar la razón por la que había soportado tanto sufrimiento, iba a
recuperar lo que era suyo. Así tuviera que acabar con la manada de lobos, todo
aquel que se pudiera en su camino terminaría pagándolo.
Volvisteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee ^^ gracias por el cap. esta super interesante.
ResponderEliminarPrecioso capítulo.
ResponderEliminarBuena Celeste
ResponderEliminarMe alegro que ya estés bien y recuperada. Una alegría tenerte de vuelta y ahora toca disfrutar de las vacaciones. Muchas gracias por el capitulo
Feliz semana
gracias por el capitulo y espero que te mejores aun mucho mas...besos
ResponderEliminarComo siempre Celeste, felicidades guapa, un gran capítulo y más digno de ello ya que llevabas tanto tiempo sin estar por aquí.
ResponderEliminarFeliz por ese tercer libro de Dusha, ya nos comentaras para cuando, muchos besos e impaciente por leer el siguiente capítulo de este.
Ay que se me olvidaba, espero que te recuperes del todo de esa mala racha y sobre todo que disfrutes de tus vacaciones, muchos besos.
EliminarHola Celeste,espero ya estes mejor,me encanto el capitulo esperare con ansia el siguiente,disfruta tud vacaciones :)
ResponderEliminarHola Cele muchas gracias por el capi ha estado muy bonito, ojala te recuperes pronto y mucho ánimo, besos
ResponderEliminarmuchísimas gracias por esa gran noticia, espero que te recuperes por completo, te estaré apoyando... muchas gracias por este gran capítulo y estaré al pendiente de nuevas noticias tuyas GANBARE. *_*
ResponderEliminarUn capitulo estupendo
ResponderEliminarme encanto el cap epero actualices mas seguido , etto disculpa por importunar quiero saber si continuaras con la serie de dusha
ResponderEliminarMuy bueno, gracias. Espero que pronto puedas estar bien de bien y no puedo esperar por el 3 de Dusha, amo esa serie es impresionante lo que creas, gracias
ResponderEliminarMe ha encantado el capítulo, está genial como siempre. Espero que pronto estés como nueva y no sea nada muy grave. Un beso muy fuerte
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