Lágrimas de Soledad -Cap1-


Hola!! Estoy de regreso y por primera vez en semanas puedo decir que he venido a tiempo para la actualización de la semana, aún tengo un bloqueo del tamaño de la luna... pero lo estoy intentando, prueba de ello es que hoy tendremos el primer capítulo de esta nueva serie. Gracias a las 20 personas que han comentado!! Aunque es curioso que lo vieran cerca de las quinientas personas pero bueno... gracias aquellas que se han tomado el tiempo de darme sus palabras de apoyo ;D
Les contare un par de por menores de está curiosa historia. Es triste? Bueno, creo que si... lo es. Tiene drama? Todo lo que escribo lleva drama incorporado jajaja Tiene sorpresas? Creo que en este primer capítulo se darán cuenta que hay mucha tela que cortar. Esta historia ha estado todo un año preparándose en mi mente y aunque ya tenía el prólogo escrito fue hasta hace un par de semanas que empece a escribirle, llevo un par de capítulos pero tengo tanto que hacer que parece que no puedo con todo jajaja igual estoy intentándolo, les ruego paciencia si?.
Bueno, no les diré más, solo que estoy encariñandome con los personajes, espero que ustedes también lo hagan.
Un fuerte abrazo♥

Capítulo Uno



Años después.

Un par de ojos verdes atraían la atención de las personas que transitaban a su alrededor, la mirada llena de un pesar que nadie podía entender, mucho menos en ese día que todo era alegría y corazones rojos. Una clase tonta de cliché pero que todos tendían a respetar, no importaba lo comercial que se había vuelto la fecha. Un catorce de febrero, un día lleno de amor y cariño, de sonrisas torpes y sonrojos. Se movían todos por las calles del viejo pueblo de Virginia, entorpecidos al notar la tristeza reflejada en el rostro joven que de alguna manera atraía la atención del animado lugar por el que transitaba.

Tal vez era su belleza, pero era más probable que fuera ese sentido morboso de poder contemplar el dolor tan crudo en un rostro joven.

El dolor y las grandes ojeras no ensombrecían la belleza de la juventud; los largos risos color chocolate parecían pegarse al delgado rostro, labios rosados fruncidos en una mueca seria, sus ojos verdes esmeralda oscurecidos por el dolor que atormentaba, casi como un dolor palpable. Pero aun así atraía la mirada, hombres y mujeres cautivados por ese dolor que trágicamente dulcificaba la belleza, cosa que no ayudaba sus ropas negras y su gran gabardina. Un ramo de rosas rojas en su mano era lo único que destacaba en sus ropas color negro y su rostro triste, además de su mirada directa al vacío.

Los lugareños mayores, dueños de las tiendas y de las casas del centro que habían vivido lo suficiente en ese lugar para conocer a la mayoría, miraban pasar al joven con pesar, recordando que ese mismo joven fue quien varios años atrás empezó a llegar para esas fechas. Recordaban verlo pasar por las calles, con su rostro lleno de lágrimas y en sus manos el mismo ramo de rosas rojas.

Diez años habían pasado y él joven siempre aparecía, puntual a la misma hora, caminando hacia el cementerio del pueblo, donde todos sabían estaba descansado su amor perdido. La historia era trágica. Dos jóvenes enamorados, que acababan de comprometerse en matrimonio habían sido golpeados por un auto desconocido. Nadie sabía de dónde había salido el auto y como después de tremendo choque, había desaparecido como si nada, aunque había destrozado la vida de dos almas que se amaban con todo. Se sabía también que el joven que iba tras el volante, acababa de recibir su licencia, por lo que era un inexperto. Tal aventura de disponerse a salir a la carretera sin experiencia, había sido una de las razones por las que todos pensaban, había muerto.

Aunque otros murmuraban, que él joven del volante había protegido el cuerpo de su acompañante y por eso, cuando dieron vueltas y chocaron contra las barras del puente, él había sido el único herido de muerte.

Lo que todos sabían con seguridad, era, que uno de los dos había muerto, dejando al otro para llorar su perdida. Ese mismo joven llegaba todos los años, en esa misma fecha. El día que se supone sería su boda y que terminó siendo un funeral.

Dorian Justice ignoraba las miradas clavadas en su espalda o en su rostro, así como las expresiones de lástima que le perseguían, algunos conocían su historia y otros solo tenían una mínima idea de la realidad. Todo era irrelevante. No era necesario prestarle atención cuando solo Dorian sentía el dolor ahogando su pecho. No le importaban los cuchicheos que levantaba su presencia, mientras le dejarán solo, le venía sobrando ser el centro de atracción de las miradas.

Solo quería un momento de paz y tranquilidad.

La soledad que siempre había sido su más fiel compañera, pero desde hace diez años, la única que le comprendía y no presionaba por más de lo que él podía dar. Nadie entendía como seguía estando atado a un muerto, como podía seguir llorando y sufriendo su perdida, cuando los años se hacían largos y era claro que este nunca iba a volver.

«Ellos no entienden lo que significa amar. Ellos creen que debo tirar a la basura ese amor, cuando ha sido lo más importante en mi vida

Alzó su mirada cuando se encontró frente al arco de hierro fundido, enfocó su atención en el nombre que tenía ya de memoria: Cementerio for eternity in harmony. Las colinas verdes se podían observar desde la entrada, dejando ver los caminos para poder llegar a los lugares de descanso, en donde reposaban sus personas perdidas.

Con su mirada desolada enfocada en la pequeña colina que recordaba desde ese trágico momento hace diez años, traspasó el arco. Aquel árbol que había sido su sostén en sus peores momentos seguía en pie; orgulloso alzándose sobre los demás, viejo después de diez años, trayéndole una paz que no lograba comprender pero que aceptaba. Ver su viejo árbol así como la paz del lugar le dio consuelo y el dolor de su pecho se ablando, el silencio y la sensación de paz le dejo respirar por primera vez en ese año.

Sus pasos suaves, casi lentos se encaminaban hacia su colina, donde él sabía, su amor descansaba al pie de está. No se fijó en lo demás que le rodeaba. No era necesario, bien sabía que era probable que pasara la mayor parte del tiempo solo, después de todo, el mundo estaba celebrando con sus seres queridos una fecha muy especial. Eran pocos los malditos con su suerte. Y, como él, estaban celebrando el día de los enamorados en un cementerio, trayéndoles flores a quienes se perdieron de sus vidas.

Él demostraba su repulsión a esa fecha, siempre lo había hecho y aunque lo mirasen como si hubiera perdido un tornillo no iba a dejar de demostrar su dolor. Vestirse de negro y caminar por el centro del pueblo, seguramente ensombreciendo la alegría de los compradores y de los turistas. No era como sí pudiera evitarlo, él prefería caminar, aunque ahora él podía conducir. Odiaba tener que usar el automóvil, cuando ese objeto había sido el asesino de su prometido. Más cuando se trataba de ir a verlo, y no quería que el aparato que lo había alejado de él, tuviera presencia.

Por estúpido que eso mismo sonara.

Alejó sus pensamientos mundanos cuando se encontró al pie de la colina. Aun parado en la acera, sus ojos verdes llenos de soledad, observaban la lápida llena de adornos y flores, que resaltaba entre las demás de tonos grises y el verde pasto. Era seguro que la madre de Terry llegara unas horas antes, ella pasaba cada semana para saludar a su hijo y decorar su lápida era una de las cosas habituales que hacía. El padre de Terry había tratado de evitar que ella se siguiera golpeando por la pérdida pero conforme pasaron los años el hombre había terminado rindiéndose, Dorian había visto la tristeza en el rostro maduro pero tenía que admitir que él tenía el mismo problema que la madre de Terry.

Ninguno de los dos querían dejarlo ir.

Sabiendo que era hora para tener la plática anual con su amor, logró formar una sonrisa apenas apreciable en sus labios. La misma que era tan difícil convocar con cada año que pasaba. Pero que él siempre lograba formular.

«Solo para él, para nadie más

Se acercó, pisando el pasto verde. El sonido húmedo de sus pisadas lo hizo pensar en que seguramente acaba de ser regado. Pero nada importo cuando se encontró de frente con la lápida y la sombra desde lo alto de su árbol preferido lo cubrió. Se dejó caer de rodillas frente al hombre que amaba, dejando atrás su sonrisa falsa y renuente, cuando, al estar frente a su amor no podía más que sonreír de verdad.

—Hola, Terry. Estoy aquí amor, como cada año. —Su sonrisa no se entorpeció aun cuando sabía que nunca iba a ver una sonrisa en respuesta. Dejo el ramo de rosas al pie de la lápida. Soltó un suspiró y se encogió de hombros. —Tengo tantas cosas que contarte… ¡tantas cosas que han pasado! Ni siquiera te lo imaginas.

Su sonrisa seguía pegada a su rostro mientras hablaba, contando todo sobre su vida y su trabajo como pediatra. Recordándole como lo extrañaba y siempre lo recordaba con la más mínima cosa. Aunque trataba de mantener la calma, siempre terminaba llorando y sufriendo por lo que nunca iba a regresar y como su vida se había marchitado, dejándolo vacio.

»—He logrado mucho, Terry. —Admitió con su voz ahogada. Lágrimas caían por sus mejillas haciendo que sus ojos verdes brillaran intensamente. —he logrado ser un buen doctor, soy considerado con mis pacientes y todo…todo lo que prometimos que seriamos cuando tuviéramos está edad. Pero…pero no puedo dejar de sentirme solo en las noches, no puedo ver a otros y eso es lo que más me duele, porque aunque sé que querrías que siguiera con mi vida. No puedo. No hay nadie que llene ese vacío que dejaste en mí.

Se derrumbó en lágrimas y sollozos, dejando salir todo lo que lo lastimaba y cuanto le dolía. Él sabía que no tendría más consuelo que la lápida frente a sus ojos, pero el ver el nombre de su amor, era suficiente para hacerlo volver a pararse cada mañana. Lo malo, era que no sabía cuánto iba a soportar con solo tres visitas al año –su aniversario, el cumpleaños de Terry y navidad-, el dolor permanecía perenne en su alma, comiéndoselo entero cada noche y destrozando la paz que apenas tenía.

Nadie entendía lo duro que era para él seguir viviendo, cuando su otra mitad estaba muerta, rogando porque él lo siguiera.





No sabía, exactamente, cuando tiempo había pasado, lo que sí sabía era que era tarde, pues la noche había caído. Agradeció que la luna decidiera salir de entre las nubes, iluminándolo. Estaba sentado en el suelo, con las piernas pegadas contra su pecho y su mirada clavada en el nombre del hombre que una vez fue todo para él.

Contarle sus altas y bajas era algo en lo que terminaba cayendo, no importaba que no fuera a recibir una respuesta o lo mucho que deseaba escuchar su voz una vez más. Su único consuelo es que sabía muy bien que Terry, donde quiera que estuviera, estaba prestándole atención y escuchando atentamente. Terry había sido un hombre muy silencioso pero siempre tenía las mejores palabras de consuelo y sabía cuando era necesario darle un abrazo.

Dorian odiaba lo mucho que dolía recordar sus abrazos, su consuelo. Lo odiaba pero cada vez que entraba al cementerio terminaba recordando la sensación de sus brazos, como si nunca se hubiera ido, como si pese al tiempo todavía pudiera sentir su olor y su calor.

―Mi madre quiere que me comprometa con… con su tío lejano. ―Una sonrisa amarga apareció en sus labios. —Un tío lejano… ella cree que necesito… Que todavía voy a hacer lo que ella diga. Tengo mi propio dinero y casa, no necesito nada de ella y no pienso hacer lo que crea que es lo mejor incluso cuando dice que es por mí bien. —Resopló. —No tiene idea de lo que me haría bien.

Dorian bufó sin ninguna clase de gracia. Su madre pensaba que seguía siendo el niño de dieciséis años, que siempre escuchaba las palabras de su madre y que no haría nada para contradecirla. Estaba equivocada, por supuesto que él iba a negarse a casarse con su tío lejano, no había manera de que se casara con un hombre de sesenta años de edad. Ningún hombre para ser más exactos. El hecho que estuviera solo no le daba derecho de entrometerse en su vida privada, pero ella seguía insistiendo. Dorian no creía tener la paciencia suficiente para no mandarla a volar si seguía con su diatriba.

Suspiro. »—Si tan solo estuvieras aquí, ella no tendría que seguir buscando con quien atarme…

Se enderezó cuando sintió de repente que era observado. Miró a su alrededor y su cuerpo se estremeció al ver directamente hacia unos arbustos que estaban rodeando un mausoleo, no muy lejos de él. La sombra detrás del pequeño edificio lo hizo sentirse más que asustado, intrigado.

No era común que se asustará con facilidad, era un pediatra después de todo, los niños podían ser expertos en tratar de asustar al hombre que se encargaba de sus vacunas. Pero esa sensación apretándose en su estómago era muy diferente a la que causaba las tretas de sus pacientes.

Cada vello de su cuerpo estaba erizado y sentía su corazón latir como si buscase salir corriendo de su pecho. Tragó con fuerza cuando un par de ojos amarillos lupinos aparecieron en la parte más oscura que no se iluminaba por la luna. Su respiración quedo atascada en su garganta. Un escalofrió lo recorrió por toda la espina. ¿Qué eran esos ojos? ¿Por qué no se miraba nada más? Quiso levantarse e ir a investigar pero no podía, menos cuando los ojos seguían clavados en él, mirándole profundamente, analizándolo.

Dorian parpadeó y dejó caer sus ojos cerrados, pensando que seguro era su mente jugándole una pasada. Después de todo había pasado los últimos cuatro días sin poder pegar el ojo ni un solo momento, el estrés de días antes de su aniversario le comía por dentro. Estaba tan ansioso, cansado y estresado que era como un muerto caminando, no era sorpresa que tuviera un colapso cuando estaba cerca de terminarse el día más doloroso de su vida.

Abrió los ojos lentamente, se sorprendió al ver que los ojos habían desaparecido. Alivio lo recorrió. No quería tener que irse aún, no hasta que fuera el siguiente día y la pesadumbre que lo acompañaba se calmara lo suficiente dejando su dolor en stop, para poder volver a su vida diaria.

Volvió su mirada hacia la lápida. Cuando volviera al ritmo de su vida, sabía que sus pensamientos volverían a esa lapida y a ese pedazo de tierra, donde él deseaba poder estar descansando al lado de su amor. Pero tendría que conformarse con vivir una vida a medias, soñando con lo que pudo ser y nunca será, pero eso era mejor a la alternativa. Terry nunca le perdonaría quitarse la vida y aunque algunos días el pensamiento era mucho más que una simple tentación terminaba regresando a casa y se refugiaba en los recuerdos. Terry nunca le permitía terminar con su vida, puede que el hombre se hubiera ido pero Dorian sentía su presencia constante en su mente.

Dorian se negaba a caer, Terry era la única razón por la que seguía intentándolo. Morir no era una solución aceptable, aunque no vivía tampoco.

—Es terrible ver a un joven tan destrozado. —Su cabeza se alzo y giro su rostro hacia el mausoleo donde salió la voz.

Tragó con fuerza al ver como entre las sombras aparecía el hombre, dueño de la voz. La luna paso dejando atrás una nube, iluminando al hombre alto y musculoso que aparecía entre la oscuridad. Parpadeo fijándose en los jeans azules, las botas negras y la playera polo negra estirada al máximo sobre el musculoso pecho. A pesar de que estaba sorprendido se quedo mirando fijamente el rostro, la mandíbula cuadrada y los ojos tan oscuros que brillaban como gemas.

Trató de hablar pero no podía siquiera formar palabras, mucho menos decirlas en voz alta, además que ahora, apenas era capaz de respirar sin ahogarse. Los pasos resonaron en el silencio, hasta que el hombre estuvo frente a él, apenas a un metro de distancia. Su sombra lo cubrió y Dorian se estremeció ante la imponente presencia.

»—Muy joven para estar sufriendo, no lo crees mo shiorghrá[1]?

Una sonrisa de medio lado siguió las palabras extranjeras del extraño. Dorian lo miró impotente, no podía moverse ante la fuerte presencia, su cuerpo temblaba y sus piernas estaban débiles. Su cuerpo se estremeció cuando el hombre le recorrió con la mirada, su pecho se oprimió al sentir una ola intensa provenir de ese extraño. No lo entendía, no entendía nada de lo que estaba pasando ni quién era ese hombre o lo que pretendía.

Sus pensamientos escandalizados quedaron relegados cuando su cuerpo empezó a sentirse tan pesado que cayó de espaldas al suelo. Su cuerpo se sentía presa de una energía vibrante, que viendo al imponente hombre contemplándole de cerca, era claro que venía de este. Parpadeó tratando dejar a un lado la sensación pero seguía sin poder soportar la presencia abrumadora, además del cansancio, era suficiente para hacerlo desfallecerse. Se perdió en la oscuridad tras sus parpados. Perdiéndose del mundo que lo llenaba de dolor y de ese extraño que lo aterrorizaba.



[1]Amor eterno.


27 comentarios:

  1. ya quiero que llegue la próxima actua jijijijijijij
    mil gracias por esta intrigante entrega

    ResponderEliminar
  2. Ho gracias Celes-sensei por compatir un vez mas un capitulo de esta intrigate novela, me intriga lo que pasara despues, Doria sera capas de superar a su antiguo amor, quien ese misterioso y ¿ por que esta en el cementerio? (•∆•)

    ResponderEliminar
  3. Mira que el prologo me dejo con ganas, pero este primer capítulo me ha dejado ufffff, muy bueno Celeste, aunque ahora me he quedado con una intriga mayor y quiero saber más, felicidades y esperando otra actualización besos!!!

    ResponderEliminar
  4. La historia esta genial, quiero saber más del desconocido, esto se esto poniendo cada vez mejor y recién empezamos, gracias por seguir compartiendo tus historias, beso y mucho cariño.

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias Celeste. Un capítulo super interesante y que la deja a una con ganas de más. Hasta el próximo capi.
    Besos

    ResponderEliminar
  6. OMG!!! ya empezó muchas gracias por brindarnos tan pronto el primer capítulo y me he quedado acá estirándolo para saber más!!!! jejejeee. Muchas gracias y espero con ansias el siguiente, saludos. Feliz lunes!!!

    ResponderEliminar
  7. hi, wiii gracias por el capi en verdad me gusta la historia mejor dicho es mi tipo de historia T_T...espero con ansias el proximo, que ya que vas entrando en materia me tiene muy intrigada lo has dejado muy interesante...besos

    ResponderEliminar
  8. Así como que todo triste y con ganas de llorar uno y ¡BOOM! Misterio para que estés pendiente, señorita Celeste usted es malvada.

    ResponderEliminar
  9. Oh Dios es simplemente perfecto....... Lloré es conmovedor, te tomaste tu tiempo para actualizar, pero regresaste con una obra maestra 😉 estaré esperando ansiosa el nuevo capítulo. Gracias 😘 😍 😳 Celeste.

    ResponderEliminar
  10. Oh Dios es simplemente perfecto....... Lloré es conmovedor, te tomaste tu tiempo para actualizar, pero regresaste con una obra maestra 😉 estaré esperando ansiosa el nuevo capítulo. Gracias 😘 😍 😳 Celeste.

    ResponderEliminar
  11. Que triste pero que hermoso a la vez siguela en cuanto puedas estoy deseando seguir leyendola

    ResponderEliminar
  12. Hola Celeste como siempre tus historias me cautivan espero poder leer el siguiente capítulo muy pronto.Besos

    ResponderEliminar
  13. Buenisimo, gracias. No puedo esperarr a ver como continua

    ResponderEliminar
  14. Hola buenísimo, me quede con ganas de más, supongo que el lobo es el desconocido y por su poderosa presencia es un alfa y Dorian su alma gemela siiiiiiiiii estaré al pendiente

    ResponderEliminar
  15. Hola, muy buen capitulo, estoy deseando que llegue el siguiente, me dejaste con ganas de más. Besos

    ResponderEliminar
  16. Hola gracias celeste me encantó este primer capi me dejo con ganas de saber como continuaba es una hermosa historia besoss XD

    ResponderEliminar
  17. Muchas gracias Celeste. Excelente capí, me encanto. Besotes

    ResponderEliminar
  18. Muchas gracias Celeste. Excelente capí, me encanto. Besotes

    ResponderEliminar
  19. Muchas gracias Celeste. Excelente capí, me encanto. Besotes

    ResponderEliminar
  20. Hola Cele estuvo interesante el capi mil gracias, segundo fue mucho mejpr lo que es genial ya qie la hostoria va mejorando, besos

    ResponderEliminar
  21. Wow esta genial me encantó x fa continúa

    ResponderEliminar
  22. Impresionante cap ha estado genial.

    ResponderEliminar
  23. Hola acabo de encontrar tu blog y me estoy empezando con esta historia y me encanto estaré esperando los demás capitulos

    ResponderEliminar
  24. como siempre tus historias son geniales me encantaron pero cuando piensas actualizar las otras ? estuviste desaparecida mucho tiempo pero entiendo que debio ser por estudios , etc .
    cuando traes la tercera parte de dusha me dejaste con ganas de saber que pasara con nick y kevin y sus amigos

    pero la historia que estas publicando tambien me dejo con ganas de mas , quiero saber quien es el desconocido del cementerio .
    sigue asi

    ResponderEliminar
  25. todos tus libros son intrigantes!! que vivo el pendiente de cual se actualizara primero

    ResponderEliminar